La convivencia en la comunidad educativa

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Los sistemas de educación superior requieren de una organización que integre una mayor participación de todos los actores de la comunidad educativa. En este sentido, las instituciones pueden estructurar entornos de convivencia que faciliten la cercanía, el respeto, la participación democrática e inclusiva. 

Esta etapa desarrolla el aspecto ético de las instituciones como estrategia para buscar la formación integral. En este sentido, la convivencia de la comunidad educativa facilita: 

  • Espacios democráticos donde se garanticen los derechos humanos de toda la comunidad educativa, se promueva la participación, y se respeten las diferencias.  
  • Lugares seguros y protectores, donde las estudiantes puedan desarrollarse libres de todo tipo de violencia y discriminación que puedan afectar su integridad y sus aprendizajes.  
  • Que los directores, docentes y todo el personal sean referentes éticos para sus estudiantes y la comunidad educativa, fomentando relaciones de respeto, colaboración y buen trato. 

La convivencia de la comunidad educativa impacta en los logros de los aprendizajes y en el bienestar en general. Algunos de los principios que debe abordar la convivencia educativa son: interculturalidad, enfoque de derechos, enfoque inclusivo y enfoque de igualdad de género. Para formular las reglas de la convivencia de la comunidad educativa se sugieren los siguientes pasos: 

  • Formulación de derechos y deberes a partir del marco normativo y legal. 
  • Formulación de derechos y deberes a partir del PEI. 
  • Formulación de derechos y deberes a partir de los roles de la comunidad educativa. 

Así mismo, se deben formular las faltas, infracciones y sanciones y establecer los estímulos y reconocimientos para promover el cumplimiento de los principios, valores, deberes y derechos institucionales.  

¿Por qué es tan importante contar con acuerdos de convivencia en la institución? 

Porque la convivencia es una dimensión central de la institución. Los procesos de enseñanza y aprendizaje, así como los procesos de gestión institucional se asientan sobre las relaciones e interacciones de sus actores. Los acuerdos para relacionarse en función a las metas darán origen a un tipo de convivencia. El tipo y calidad de convivencia definirán el potencial de logro de los objetivos orientados al servicio educativo de calidad. 

Asimismo, las relaciones, actitudes y comportamientos que se den en la institución constituyen un modelo de relacionarse, que forma parte del proceso formativo para los estudiantes. Nuestra sociedad requiere que los estudiantes asuman en su comportamiento valores de respeto y cuidado de sus semejantes, participación democrática y responsabilidad de sus deberes, colaboración y trabajo comunitario, todo ello se debe establecer mediante acuerdos de convivencia de dichos valores.  

La elaboración de los acuerdos de convivencia, su conocimiento, discusión, apropiación y luego, la reflexión a partir del comportamiento que salen de estos acuerdos será determinante para la convivencia y su impacto en el proceso formativo de los estudiantes.  

Los acuerdos o reglamento de convivencia 

Los acuerdos de convivencia que orientan las relaciones se definen con la participación de los integrantes de la comunidad educativa y permiten lograr metas institucionales. Regula el comportamiento de los distintos actores de acuerdo con el rol que asumen en la institución. Se tendrá en cuenta los horarios, responsabilidades, formas de relación, cumplimiento de metas, procedimientos para resolver conflictos, entre otros, en función al logro de los objetivos de aprendizaje en un ambiente de trabajo armonioso, de respeto, para desarrollar un trabajo ordenado y disciplinado.  

En suma, todo marco normativo responde a costumbres, visiones e ideales que van conformando la cultura organizacional caracterizada por los valores y principios.